“Nosotros queremos que paguen los responsables del crimen de Estefanía (Paola). Uno de ellos es el juez Francisco Pisa, hay una prueba contundente en su contra y que debería ser suficiente, pero sabemos que no es el único responsable”, indicó Nilda Zerpa, la prima de Paola Estefanía Tacacho que fue designada por su familia como vocera de la causa. “Si el gobernador Juan Manzur acepta la renuncia de Pisa se convertirá en un culpable más de este crimen; se estará manchando las manos con la sangre de mi prima”, sentenció.
El 30 de octubre, Tacacho, quien era profesora de inglés, fue interceptada en Monteagudo al 600 por Mauricio Parada Parejas, un ex alumno que la acosaba desde 2015. El femicida acabó con la vida de Paola de seis puñaladas y luego se quitó la vida frente a los transeúntes que quisieron reducirlo. El ataque ocurrió en una de las zonas más transitadas de la capital y ante la vista de numerosos testigos.
El caso tuvo repercusión nacional y generó más indignación cuando se conoció que la víctima había denunciado 14 veces por amenazas al acosador que luego se convertiría en su verdugo. Una de esas causas estuvo a punto de ser elevada a juicio, sin embargo el juez Pisa consideró que las condiciones no estaban dadas para ello. Tras el escándalo y las movilizaciones de cientos de tucumanos y salteños, el magistrado presentó su renuncia ante el gobernador, que tras 25 días aún no tomó una determinación sobre le planteo.
“Desde el primer día le planteamos al fiscal Carlos Sale que había muchos responsables, que se llamara a testificar al hermano del asesino, Ronald Parada Parejas. Esa persona se presentó en agosto como tutor del denunciado y no era la primera vez que se ponía al tanto de la situación. No entendemos por qué Sale no lo llamó aún. La familia Parada Parejas sabía de esto, hasta dudamos de si no incentivaron este crimen”, argumentó Zerpa, que además del lógico dolor de la pérdida manifestó su desilusión ante otras personas: como el abogado que llevaba las causas de Paola en Tucumán, quien se había comunicado con la víctima seis días antes del crimen porque Tacacho había recibido un nuevo mail de Parada Parejas. “Estuvimos seis días en Tucumán y ni se acercó a darnos el pésame, ni a ponerse a disposición, ni siquiera a ofrecer su servicio. Él podía haber sido importante para ponernos al tanto de todo en lugar de esperar que nosotros nos enteráramos del calvario de Estefanía al ver su computadora. Ella no nos contaba nada de lo que sufría, nos dijo en 2015 de un hecho aislado y acá en su computadora encontramos que ella guardaba todo: fotos, capturas, todo con fecha”, agregó la joven.
Zerpa también pidió la investigación al auxiliar fiscal que archivó la causa de Tacacho. Recordar el hecho la hizo romper en llanto. “Esta persona firmó la causa y la mandó a archivo, cuando mi prima manifestaba abiertamente que ya temía seriamente por su vida, manifestaba el miedo a ser asesinada por la espalda ¡y fue eso mismo lo que le pasó!”, relató destrozada.
Defraudados
La familia Tacacho desconfía de que las cartas halladas en el departamento del femicida pertenezcan a él. Esto se debe a que consideran que la investigación fiscal no procede correctamente. “El allanamiento se hizo dos semanas después, la letra no coincide con los insultos que escribía en las paredes del edificio de mi prima. Desde el primer día le dijimos a Sale que la familia del asesino sabe cosas. Le dijimos que llame a declarar a los vecinos del femicida. Pero él fiscal le dijo a mi tía que no puede hacer nada y que quiere archivar la causa. ¡Queremos que investigue! Queremos medidas”, cerró.